Dentro la cultura mexicana hay una plétora de "-ismos" - marianismo, sincretismo y (tal vez lo más discutido y conocido) machismo. Como extranjera, puedo identificar muy bien el malinchismo. El malinchismo es un concepto muy interesante y confuso para mí y ciertamente merece ser discutido. Pero primeramente, hay que conocer que no me proclamo como un experto de la cultura mexicana, sin embargo, no duró mucho tiempo para darme cuenta que en México existe una fascinación con el extranjero, entonces, debe estar muy visible y activo.
El malinchismo, según el Diccionario de la lengua española, es una “actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo propio.” Me pregunto, como es posible que un pueblo pueda preferir extranjeros a sus mismos semejantes? Vengo de una parte muy rural de EUA donde tenemos exactamente lo contrario al malinchismo. La mayoría de la gente en el campo en mi estado, Nebraska, no es conocida por su tolerancia a los extranjeros o incluso personas de otras partes del EEUU. Con certeza hay una preferencia por los nativos de Nebraska. Me gusta el hecho de que los mexicanos aceptan más a los extranjeros que mis compatriotas. Me da gusto ver el respecto de mexicanos para la pluralidad cultural, y de que los mexicanos en general son un pueblo tolerante. Se podría ver el malinchismo como una actitud abierta o una curiosidad hacia otras personas. Sin embargo, el malinchismo no es un concepto completamente positivo.
Regresamos a la definición del malinchismo y concentramos en lo que significa el “menosprecio de lo propio.” A mí, me perece como una forma extraña de discriminación reversa. Lo peor del malinchismo es que añade a la falta de confianza en las capacidades mexicanas. La preferencia de personas, productos, culturas, aspectos o pensamientos extranjeros lastima la buena opinión de sus propias personas, productos, aspectos, pensamientos o culturas. Todo el mundo reconoce que las capacidades europeas, estadounidenses o asiáticas no son mejores que las capacidades mexicanas. Esencialmente, el malinchismo afecta a los mexicanos negativamente.
Muchas veces este aspecto de la cultura mexicana puede ser discriminación descarada y evidente. En mi clase de Cultura de México, la profesora nos mostró un ejemplo del malinchismo muy cerca del Tec. Para entrar a una disco las mujeres extranjeras no tienen que pagar el “cover”, si muestran sus credenciales que proban sus nacionalidades no mexicanas. Pero que pasa con las mexicanas? Seguramente tienen el mismo privilegio. Así queremos pensar, pero, tristemente no es el caso. Las mujeres mexicanas tienen que pagar el “cover.” Es como este club quiere decir que las mujeres extranjeras volaran más o tienen características más preferidas. Mi reacción fue “No puede ser… Es obvia discriminación…” De hecho me hizo enferma pensar que con mi licencia de conducir estadounidense, podría entrar un lugar gratis, mientras mis amigas mexicanas pagarían 80 pesitos, o lo que sea. No puede ser. No debe ser.
Quiero con todo mi corazón que México sea todo lo que pueda. Reconozco que hay factores políticos, culturales, e históricos complejos y mezclados que desempeñan papeles en el desarrollo de malinchismo, pero ya es hora de quitar los aspectos negativos del malinchismo de la mente mexicano, para el bienestar del país.
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