martes, 28 de abril de 2009

La transformación de vegetariana a carnívora: mi estancia en Monterrey, México

Antes de llegar a México, el país de la carne, había sido una vegetariana estricta por un año. Había leído un libro acerca de las condiciones y el maltrato de los animales dentro de las fábricas de carne, y no podía comer la carne después. Todo cambió, sin embargo, cuando decidí a irme a la ciudad de Monterrey.

Durante el proceso de aplicar al Tecnológico de Monterrey, me dieron la opción de vivir en las residencias, con una familia, o por mi misma en un apartamento. Quería vivir con una familia anfitriona; quería vivir la cultura de México: el idioma, la comida, las dinámicas de la familia mexicana. No quería arriesgar esa oportunidad por ser vegetariana, ni preocupar a la familia con la necesidad de prepararme un plato separado cada comida. Estos deseos superaron mi aversión hacia el consumo de la carne; cambié mis costumbres de comer por la experiencia mexicana.

Últimamente, la decisión me dio oportunidades y experiencias que nunca habría tenido si no hubiera elegido comer carne, ni a vivir con la familia anfitriona. La comida de México es riquísima, la carne incluida. Probé las tostadas, las enchiladas de pollo, la machaca, los tamales, la carne asada, los piratas, los tacos, las flautas y los mariscos; la lista sigue. También tuve el privilegio de probar algunos platos típicos sin carne, que no habría conocido si hubiera vivido sola o con otros estudiantes internacionales. Por ejemplo, comí varios tipos de frijoles y calabazas, más de mil tortillas, varios panes dulces, así como fruta fresca, como piña, mango, jícama, melón, y papaya, todo con chile o chamoy.

La experiencia alimentaria enriqueció mi estancia en México, sin duda; fue parte del proceso de adaptarme, aceptar, y amar una cultura diferente que la mía: una experiencia increíble y preciosa, no importa que temporalmente fui una carnívora. Tengo la intención de volver a ser vegetariana cuando regrese a casa, pero confieso que voy a extrañar muchísimo la comida de México. No es la misma en ningún otro lugar.

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